Cuando la infertilidad inexplicada es materia del inmunólogo:
El Rol del Endometrio

Luego de un tiempo de buscar un hijo de forma natural y frente a la imposibilidad de lograr el embarazo o de llevarlo a término, la mujer suele consultar al ginecólogo. En el 80% de los casos el especialista encuentra una causa relacionada con la salud reproductiva de la mujer o la calidad espermática del hombre, para las cuales existen diferentes tratamientos de fertilidad. Sin embargo, un número cada vez mayor de parejas no podrán lograr el embarazo a término.
En estos casos de infertilidad inexplicada (fallas de implantación o abortos a repetición) muchos especialistas en fertilidad recomiendan una consulta con inmunología. ¿Por qué, para qué, cuando es el momento adecuado para hacerlo, qué consenso existe en cuanto al diagnóstico y al tratamiento?
El aspecto inmunológico es el comienzo del entendimiento del porqué el embarazo se produce, se mantiene y llega al parto. Hay alteraciones que pueden interferir en las distintas etapas llevando a fallas de implantación, abortos y patologías del embarazo. Cuando todas las causas más conocidas que pueden influir en la reproducción ya han sido descartadas, 8 de cada diez fallas reproductivas están asociadas a un desbalance del sistema inmune. Existen una serie de factores internos y externos que pueden generar ese desequilibrio inmunológico: la autoinmunidad, las patologías inflamatorias como la endometriosis, la resistencia a la insulina y las dislipemias son procesos inflamatorios cuya primer manifestación clínica -primer síntoma- puede ser la falla reproductiva.
La aparición de los síntomas específicos de una enfermedad inflamatoria es resultado de un interjuego entre los años de evolución de la inflamación y el momento en que la mujer decide buscar embarazo. La infertilidad podría resultar una manifestación temprana de la enfermedad de base y la salud reproductiva verse afectada por una causa primaria que no había sido estudiada porque aún no se había manifestado. La edad de la mujer cobra entonces doble peso: la edad de los óvulos y del endometrio, y los años de evolución de los factores inflamatorios.
La palabra clave es la inflamación: En todo proceso inflamatorio existen dos etapas: una etapa aguda donde la inflamación genera una respuesta defensiva. Si esta falla, se instala un proceso crónico donde al daño que produce la causa inflamatoria se le suma la toxicidad del propio proceso inflamatorio. En la fertilidad esto puede manifestarse de dos maneras: como pérdidas de embarazo en la etapa aguda, y como falta de embarazo o falla de implantación en una etapa más avanzada. Y esto es resultado del impacto en el endometrio.
El endometrio es el único tejido capaz de generar nuevos vasos sanguíneos en el adulto, y lo hace todos los meses hasta lograr el embarazo. Y cuando el embarazo se produce esto se perpetúa en la placenta. Esta capacidad de vascularizarse le da al endometrio un rol fundamental: el de controlar la llegada de sangre a la interface reproductiva. Si existen factores inflamatorios sistémicos, estos viajan por la sangre e impactan en el endometrio, en la placenta y en el embrión. La capacidad del endometrio de regular todos los meses la cantidad de linfocitos NK productores de vasos sanguíneos le da la capacidad de adaptarse frente a una amenaza y en una primer instancia el embarazo puede detenerse, pero con el tiempo, la falta de implantación será el mecanismo de defensa que años de evolución fueron capaces de montar sobre este tejido.